El juez reparte justicia a diestro y siniestro en el juzgado, en casa , siempre tiene presente su rango
Cuando quiere algo solo tiene que levantar el teléfono y pedir a cualquiera de sus familiares vecinos o conocidos, ( tú ve a coreos y certificas esta carta, tú ve al super y me traes ese jamón cocido que tanto me gusta tú acompaña a mi madre al medico que no esta bien que le acompañe un juez, tú en los ratitos libres limpias la casa a fondo que mi madre no ve bien y deja rincones, tú arregla el jardín que este fin de semana tengo visita y de paso instala riego por goteo y poda los ciruelos) claro como es juez, quién le hace la contra o le dice que no tiene tiempo...
Así pasaron los años y el señor juez iba cubriendo sus necesidades con los pobres infelices que trabajaban con la única compensacion de ser amigos del juez (que no es poco).
Entre los infelices había tres que eran más aventajados, pues además de lacayos también eran primos del señor juez (no veas tú)
Si algún lacayo tenía otras obligaciones que no fueran atender al juez y su madre, ya podía ir despidiendose pues el señor juez pronto le decía que aquello no era para cuando nos acordáramos que o se estaba o no se estaba y para estar poco mejor nada
Cuando murió su madre el se encargó de hacer la lista de quienes no debían de asistir al funeral.
Y así es como ha pasado para que hoy no pueda yo asistir al funeral de mi tía.
